Si hay algo que siempre fastidia al inicio de temporada es un fallo de motor o una avería en nuestra embarcación, ¿verdad?  Baterías descargadas, fallos en los fusibles, luces de navegación… Fallos que estan relacionados con el mantenimiento, como el óxido, acumulación de agua y goteo, entre muchísimas otras.

Hoy, en nuestra nueva entrada «AVERÍAS COMUNES EN TU BARCO» os presentamos tres de las averías que podemos encontrar en nuestros barcos. Desde Viento en Popa 365 queremos recordaros que la mayoría de ellas suelen poder evitarse, casi siempre, con las revisiones periódicas y un mantenimiento adecuado, y que la temporada baja (octubre-marzo; y si puede ser, diciembre y enero como meses donde los mecánicos tienen menos trabajo) es un momento fenomenal para revisar motores y hacer la puesta a punto para intentar evitar dichos fallos.

 

1. Mal funcionamiento de las baterías

Si hay algo a lo que no se da tanta importancia como debería en un barco son sus baterías. Pese a ello, la mayoría de los mecánicos avisan de que la mayoría de los problemas de electrónica de nuestras embarcaciones son consecuencia directa del mal estado de las baterías. Estos sistemas afectan directamente al forzado de las bombas y el trabajo ineficiente de los motores.

 

 

 

2. Fallos de motor y relacionados

Desde la obstrucción del conducto del gasoil, cambio de aceite, envejecimiento de combustible por falta de uso… El principal problema con relación a los motores es la dejadez y un control deficiente. Así, si mantenemos las revisiones al día, evitaremos grandes disgustos y alargadas facturas por reparación o cambio de este. Sí, el uso intensivo terminará por acabar con ellos, pero igual que si los dejamos demasiado tiempo parados.

 

3. Sistemas esenciales de vida a bordo

También hay otro tipo de averías que pueden resultar desde incómodas hasta casi tan graves como un fallo de motor. Mal estado de las jarcias, de velas, sanitarios, electrónica o radio… Para ellas, lo mejor es afrontar el mantenimiento a través de un check list y quitarse de encima las revisiones una tras otra. Aquellas más sencillas o que dominamos podremos asumirlas nosotros mismos, mientras que, para aquellas que tienen que delegar en profesionales. Los imprevistos suceden, pero también es cierto que un buen mantenimiento evita la mayoría de ellos.

 

 

Al fin y al cabo, la mayoría no navegamos más allá de 30 o 40 días al año, y sabemos lo que fastidia organizar un fin de semana de costeo y encontrarse con una de estas averías comunes en el barco. Como suele decirse por ahí, las velas son las alas del barco, pero el motor es su corazón. ¡Así que, ojo! ¡A mimarlos un poco que nos dan muchas alegrías!

 

 

También podéis leer la entrada de la pasada semana

»LA SEGURIDAD EN TU EMBARCACIÓN».

No te lo pierdas, ¡está muy interesante!

 

 

 

SIGUENOS EN: